El CEREAL desnuda a los sindicatos de protección

La falta de libertad de asociación, los salarios insuficientes y la inestabilidad laboral siguen deteriorando la calidad de vida de los obreros de la industria electrónica en Jalisco; en tanto, las empresas del sector han visto sus ventas escalar hasta niveles históricos, en un juego de inequidad donde los sindicatos de protección patronal tienen un papel estelar. 

En su 5 informe anual, el Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL) analiza las condiciones laborales en la industria electrónica en México, donde a través de los testimonios de trabajadores se revela que en Guadalajara casi todos los obreros de esta rama empresarial pertenecen a un sindicato, pero prácticamente ninguno de ellos sabe que están amarrados a los llamados Contratos Colectivos de protección patronal. El informe ofrece datos contundentes que revelan esa amplia red de complicidades entre empresas, sindicatos y autoridades, lo cual ha convertido a los sindicatos en negocios dedicados a mantener a los trabajadores con temor y bajo control. Según la Secretaría del Trabajo, a finales de 2012, en Jalisco existían 481 sindicatos, los cuales tenían firmados contratos colectivos con 35,674 empresas. Eso significa que hay sindicatos que firman contratos colectivos con cientos de empresas a la vez. 

La Secretaría del Trabajo, en su página web, exhibe dos ejemplos. En 2012, Enrique Torres Ibarra era líder de dos sindicatos (adheridos a la Confederación de Trabajadores de México, CTM), a través de los cuales había firmado contratos colectivos con 466 empresas, como Sony, varias tiendas departamentales y agencias de auto. El CEREAL acudió a algunas de estas empresas para entrevistar a los trabajadores y descubrió que ninguno sabía que pertenecían a un sindicato y mucho menos que su líder era Enrique Torres. Además, no se encontró evidencia de que Enrique Torres trabaje o haya trabajado en alguna de las empresas con las que firmó contratos. Este hecho es importante si se tiene en cuenta que la Ley del Trabajo en México requiere para la formación de un sindicato que los trabajadores que lo forman estén activos en la empresa. 

Otro caso que documenta CEREAL en este informe, al contrastar los registros oficiales con investigación de campo, es el del dirigente de la CTM Carlos Arias, un político local y líder de un sindicato llamado SETEAMI. A través de este sindicato, Carlos Arias firmó contratos colectivos con 58 diferentes empresas en 2012, entre ellas Flextronics, Sanmina y Continental, las cuales utilizan los servicios de Arias. Éste “dirigente” tampoco trabaja en ninguna de las empresas con las que firmó contratos y los trabajadores tampoco lo conocen. Casualmente, su principal socio es Enrique Torres. 

Mediante estas prácticas de usurpación de la representación a través de los contratos de protección patronal, los sindicatos, lejos de cumplir su función como mediadores obrero-patronales, se vuelven cómplices pasivos de la empresa. 

El informe 2013 de CEREAL también expone los problemas de la nueva Ley del Trabajo en México, reformada en noviembre de 2012. El Congreso de la Unión discutió, corrigió y aprobó -en tiempo récord de tan sólo dos meses- 491 cambios a la ley laboral. El propósito, se señala en el informe, siempre fue muy preciso: aumentar la competitividad de México por medio de la flexibilización de las relaciones laborales. 

Ahora las agencias de contratación actúan libremente en detrimento del trabajo digno, tal como demostraron algunos casos en los que se omitieron pagos del Fondo de Ahorro para la Vivienda y en el Seguro Social. Además, las agencias impulsaron olas de despidos injustificados para posteriormente, flexibilizar las plazas laborales a favor de los empresarios al quitar prestaciones, disminuir salarios y recontratar personal sin antigüedad. Un ejemplo: a principios de febrero del 2012, Nokia despidió 400 trabajadores; después, en marzo de 2012, un segundo grupo de 130; y, finalmente, 250 más en junio. Hasta finales de 2012, aproximadamente 50 por ciento de los trabajadores despedidos habían sido recontratados de manera temporal. 

Finalmente, el informe destaca la gravedad en cuestión de salarios: el nivel de los salarios en nuestro país ha llegado a ser preocupantemente bajo. El salario promedio de un trabajador de la industria electrónica es de 116 pesos (nueve dólares), lo que sólo le alcanza para cubrir el 60 por ciento de los satisfactores básicos. El informe refleja cómo se han ido equiparando los salarios que perciben los obreros de la industria electrónica en China y en México. 

En su mayoría, los casos que se presentan en el informe aun siguen sin resolverse afectando a cientos de trabajadores. 

A finales de 2012, cerca de 100 mil trabajadores de la zona metropolitana de Guadalajara laboraban en las fábricas de esta industria, en más de 400 empresas. Las exportaciones ascendieron a cerca de 22 mil millones de dólares al cierre 2012, con un aumento del 15 por ciento. Los principales productos que se elaboran en Guadalajara son teléfonos celulares, discos dvd’s, receptores de televisión por cable, servidores, paneles automotrices, instrumental médico e insumos para la industria aeroespacial. 

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